Tengo una confesión que hacer: hasta hace poco, nunca me había secado con secador; al menos, no uno adecuado. Sé; ¿Cómo es eso posible? Es en gran parte porque parece que pierdo el tiempo de mis citas con el peluquero en días y momentos en los que no tengo dónde estar; no es necesario un elegante...
Sigue leyendo