Cuando hablamos de mozzarella, siempre pensamos en pizzas, tomates y pasta. De hecho, se asocia con hermosos tomates carnosos, albahaca y un chorrito de aceite de oliva. Este queso recién horneado se elabora originalmente con leche de búfala, pero ahora es más fácil encontrar mozzarella con leche de vaca. Toma la forma de una bola ligeramente aplanada con una fina corteza. La mozzarella se encuentra durante todo el año. Se comercializa en un jugo que es imprescindible conservar, para conservarlo por más tiempo. En su envase cerrado, puedes conservar la mozzarella con su jugo durante varias semanas. Una vez iniciado, será necesario degustar el queso en un plazo de 48 horas.

Mozzarella congelada

Si tiene miedo de perder la mozzarella, puede congelarla por completo. Es muy fácil congelar una bola de mozzarella para degustarla según tus deseos. Lo ideal es dejarlo intacto en su envase, con su jugo. Si ya ha comenzado, asegúrese de mantener un máximo de jugo para conservar su sabor.

También puedes congelarlo sin jugo, pero cortado en trozos. Extiéndalos en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino. Almacenar en el congelador. Cuando los trozos de mozzarella estén congelados, deslícelos en una bolsa para congelador o en una caja hermética. Todo lo que tienes que hacer es sacar la cantidad necesaria de queso para tu preparación.

Descongelar mozzarella

Cuando quieras disfrutar de tu mozzarella, tendrás que anticiparte un poco. Es necesario sacarlo del congelador con varias horas de anticipación para que tenga tiempo de descongelarse en el frigorífico. No se recomienda utilizar el horno microondas para descongelar la mozzarella, ya que este método endurecerá el queso y perderá su sabor.

También puede usar mozzarella congelada para rallar fácilmente y espolvorear sobre platos de pasta, pizzas o gratinados.

Déjalo descongelar parcialmente para cortarlo en rodajas más fácilmente. Ella estará más firme.
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